Descripción
Se puede jugar con el corazón de una pobre chica rica, pidiéndole dinero para comprar libros y utilizándolo para pagarte una pareja de profesionales del sexo…
Se puede jugar con el miedo de una famosa modelo y actriz de cine y asediarla con llamadas marranas y amenazadoras hasta hacer que se vuelva loca…
Se puede jugar al escondite con un traficante de drogas, metiéndose en su discoteca y destrozándolo todo sólo para llamar la atención…
Se puede jugar a policías y ladrones, y investigadores privados como los de las películas (y tal vez esto sea lo que hace nuestro amigo Ángel Esquius…)
Pero con los muertos no, eso sí que no: Con los muertos no se juega.
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